El domingo 3 de mayo se vivió en nuestro CEPT una jornada de especial significación. Las amplias instalaciones del Centro –consta de cuatro edificios, en una superficie de 4 hectáreas– están siendo reparadas y adecuadas a sus nuevas necesidades. Hasta hace varios años atrás era la sede del “Proyecto Andrés”, dedicado al tratamiento de drogadicciones, y posteriormente fueron ocupadas por varias familias carenciadas, por lo que sufrieron un notable deterioro. En esta tarea de recuperación se ha venido contando con la valiosa intervención de la DGCyE y de la Municipalidad de Exaltación de la Cruz, a través de sus técnicos y equipos especializados; pero todo esfuerzo por concluir las obras resulta insuficiente.
Por tal motivo la ACEPT junto al Director del Centro, Sergio Megido, resolvieron convocar a los padres de los alumnos y a la comunidad, requiriendo su colaboración para realizar distintas tareas que son impostergables, ya que aún en precarias condiciones el CEPT está cumpliendo con sus actividades programadas e impartiendo normalmente clases a sus 32 alumnos. Y la respuesta, pese a tratarse de un domingo, fue óptima.
Aquí estuvieron un buen número de padres, alumnos, miembros del Consejo de Administración –con su infaltable Presidente, José Sarasti, a la cabeza–, la mayor parte del Equipo Técnico docente y vecinos de Diego Gaynor. Todos juntos pusieron manos a la obra y en un clima de feliz convivencia procedieron a desmalezar, limpiar, enduir paredes, reemplazar dos ventanales, reparar cañerías y pintar. Una jornada verdaderamente fructífera; queda mucho por hacer, pero el empujón dado fue muy importante.
Se almorzó tarde. Los mates y facturas que habían circulado durante toda la mañana no habían logrado amenguar el buen apetito con el que se dio cuenta de un excelente asado (cada uno había aportado lo suyo para que las parrillas estuvieran rebosantes), en el que se destacó la mano de “Don González”, un vecino que no sólo demostró ser un experto asador, sino que también aportó generosamente morcillas y chorizos elaborados por él, sencillamente memorables.
A la tarde también hubo tiempo para que Sergio Megido y la CAP del Centro, Virginia Martiren, hicieran una exposición sobre el Banca Social, tema sobre el que asistieron recientemente a una jornada de capacitación y que reviste una singular importancia para el desarrollo local y regional. También presentaron a la integrante del Consejo de Administración Alejandra López, quien ha sido designada como representante en la zona de dicho Banca.
Con el sol ocultándose en el horizonte, teñidas de tintes rojizos las escasas nubes que no empañaron un diáfano día, concluyó una jornada de convivencia y trabajo que dejó el testimonio de lo mucho que puede llegar a realizarse mancomunadamente entre la comunidad educativa de nuestro Centro y los habitantes de esta zona caracterizada en buena medida por la falta de iniciativas que promuevan su crecimiento y una mejor calidad de vida. Quedó demostrado que su potencial humano y espíritu solidario pueden determinar sustanciales cambios.
Se almorzó tarde. Los mates y facturas que habían circulado durante toda la mañana no habían logrado amenguar el buen apetito con el que se dio cuenta de un excelente asado (cada uno había aportado lo suyo para que las parrillas estuvieran rebosantes), en el que se destacó la mano de “Don González”, un vecino que no sólo demostró ser un experto asador, sino que también aportó generosamente morcillas y chorizos elaborados por él, sencillamente memorables.
A la tarde también hubo tiempo para que Sergio Megido y la CAP del Centro, Virginia Martiren, hicieran una exposición sobre el Banca Social, tema sobre el que asistieron recientemente a una jornada de capacitación y que reviste una singular importancia para el desarrollo local y regional. También presentaron a la integrante del Consejo de Administración Alejandra López, quien ha sido designada como representante en la zona de dicho Banca.
Con el sol ocultándose en el horizonte, teñidas de tintes rojizos las escasas nubes que no empañaron un diáfano día, concluyó una jornada de convivencia y trabajo que dejó el testimonio de lo mucho que puede llegar a realizarse mancomunadamente entre la comunidad educativa de nuestro Centro y los habitantes de esta zona caracterizada en buena medida por la falta de iniciativas que promuevan su crecimiento y una mejor calidad de vida. Quedó demostrado que su potencial humano y espíritu solidario pueden determinar sustanciales cambios.
